CAPTURING THE FRIEDMANS

Capturing the Friedmans es un documental estrenado en el año 2003 y dirigido por Andrew Jarecki. Se centra en la investigación de Arnold y su hijo, Jesse Friedman, acusados de abuso de menores en los años 80.

capturingthefriedmanspic

Capturing the Friedmans profundiza en la vida de los Friedman, una familia de clase media de Great Neck, Long Island. La policía del condado Nassau comienza una larga y exhaustiva investigación tras encontrar una gran colección de revistas de pornografía infantil en la casa de los Friedman. Arnold Friedman, el padre de la familia, es acusado de abuso de menores junto a su hijo menor, Jesse, en el año 1988. Ambos trabajaban dando clases particulares de computación a niños en su casa. El caso pronto estalla y se convierte en un escándalo mediático siendo seguido prácticamente por todos los medios de comunicación. Tras numerosas sospechas, los alumnos de Arnold Friedman son interrogados por la policía y todos declaran haber sufrido abusos sexuales por parte de los acusados y haber participado en múltiples juegos sexuales durante las clases.

Pero la historia no es así de sencilla y les contaré el por qué. Llega a ser frustrante observar este documental porque en absolutamente ningún momento se tiene la certeza de que lo que se cuenta por la familia, policía, abogados, entre otros involucrados sea cierto, pero tampoco se puede estar del todo convencido de que sea mentira. Sobre esa duda, sobre lo escurridiza que es y será la verdad, trata este film, donde la pedofilia y la pederastia, así como los hechos reales mostrados, son una mera excusa ya que algunos argumentos son ilógicos.

Arnold «Arnie» Friedman compraba por correo revistas pornográficas infantiles. La policía entró con una orden de registro y, tras encontrar material en su casa, pensó que un hombre con esas aficiones no sería un buen profesor de computación. Sin ninguna prueba física contundente (de hecho no había absolutamente nada de evidencia física), se interrogó a los alumnos del curso y varios de ellos declararon haber sufrido abusos por parte del profesor y de su hijo menor, Jesse, de dieciocho años, que ejercía de ayudante en clase.

Tanto Arnold como Jesse son acusados, entre otros cargos, por pederastia, acoso sexual, sadismo y muchos más. Aunque nunca se sabe la verdad ambos se declaran culpables tratando de negociar su sentencia en prisión.Es aterrador pensar cómo una acusación sin base puede destrozar la vida –o acabar con ella— de los individuos junto a su familia. Los juicios paralelos que montan los medios de comunicación, influyendo en los jueces y jurados, provoca unos veredictos tan inamovibles que da igual lo que se presente en el verdadero proceso en la defensa.

La mayoría de las acusaciones se basaban en la interrogación de niños, los mismos del curso de computación de Arnold. La policía utilizó esta «evidencia» para usarlas en contra de los Friedman, pero resulta tan fácil manipular las respuestas de unos niños menores de 11 años. Como se menciona en el documental: puedes obligar a un niño a darte la respuesta que quieras si la pregunta es la adecuada ya que la presión que siente el niño es tan grande que lo único que quiere hacer el liberarse de tal presión. Incluso se utilizó la hipnosis como una alternativa para interrogatorio. ¿Por qué nunca se quejaron los niños? ¿Por qué no había rastros de violaciones en sus cuerpos? Preguntas que quedaron inconclusas hasta el día del veredicto y hasta la fecha.

Llegar a la verdad sobre este caso sería muy complicado a menos que existieran evidencias contundentes físicas en contra de los Friedman y no sólo unos testimonios de niños que prácticamente fueron obligados a responder a conveniencia de los demandantes. Las investigaciones parecieron en algunos momentos una especie de complot en contra de Alfred y Jess.

Sin duda un gran documental en la que el director presenta las dos caras de la moneda, pero más que por un afán de permanecer neutral y de no condicionar resulta difícil adquirir un lado de la historia.

Regresamos con la segunda parte de la entrada, tenemos 2 nuevas referencias para hablar sobre ellas: “Verdad y conocimiento” de Josep Maria Terricabras, de su libro Atrévete a pensar; y la conferencia de Chiamamanda Adiche “El peligro de una sola historia” de TED.

Terricabras menciona que no es tan importante definir qué es la verdad sino que se centra más en un pregunta clave: ¿de qué modo decido quién tiene la razón? Contestando esta pregunta nos podemos dar cuenta de los verdaderos criterios que aplicamos pero también está involucrada la dificultad de descubrir CUÁLES son esos criterios.

Según el autor el pensamiento crítico siempre es un pensamiento concreto, porque depende de cada caso. No debe hacerse la pregunta ¿quién tiene razón? no se puede hacer en abstracto, sino siempre como un ¿quién tiene la razón sobre esto o aquello? Siempre que tengamos bien delimitado el problema nos resulta más fácil decidir quién tiene la razón en una cuestión determinada, o dicho de otra manera, disponemos de un criterio claro de decisión.

Pero no todo es color de rosa. No siempre tendremos criterios claros para saber quién tiene la razón. Pongamos un ejemplo fácil en la vida cotidiana: ¿cuál es la mejor serie de televisión de la historia? Habrá miles de personas pensando que puede ser Breaking Bad o tal vez no, y otras miles de personas pensando que es Friends, pero otras más tendrán su serie favorita. Llegar a una verdad sería muy difícil o casi imposible.

¿Entonces nunca llegaremos a una verdad? La respuesta es NO. Terricabras nos dice que primero se debe discutir cuáles serán los criterios sobre los que nos basaremos. Para decidir cuál es la mejor serie de TV podemos definir algunos criterios: trama, rating, actores, duración, impacto en el público, entre otros.

El autor nos pone un ejemplo sencillo: el caso de una persona que se le acusa por asesinato. Una parte puede decir que es un terrorista y la otra parte puede defenderlo diciendo que es un patriota. Todo dependerá de cómo desarrollen las argumentaciones sobre el contexto. El juez entonces debe llegar a entender mejor lo que ya se sabía pero que quizá no se sabe de aquel modo.

Para finalizar la parte de Terricabras me gustaría destacar algo que menciona. La cultura nos ayuda a informarnos de la pluralidad de las opiniones y a formar un juicio de sus argumentos y de su complejidad.

Hablaba de otra referencia que mencioné iniciando la segunda parte de esta entrada, la conferencia de Chimamanda Ngozi Adichie en TED, novelista nigeriana. Es impresionante lo que puede provocar la falta de conocimiento hacia las demás culturas (parece ser que sólo consideramos la nuestra importante). Casi siempre tomamos como verdad única lo que leemos, vemos en los medios y otras cosas y en ningún momento vemos las distintas perspectivas de cada circunstancia o problema que se nos presenta. Adiche relata los problemas a los que se tuvo que enfrentar por la supuesta verdad que se tenía sobre los países africanos e incluso menciona como a los mexicanos nos conocen como inmigrantes que se aprovechan del sistema de EUA hasta que la misma Adiche ve con sus propios ojos que vivió engañada durante mucho tiempo respecto a la cultura mexicana.

Una historia única puede hacer muchísimo daño, de ahí la importancia de conocer la verdad eligiendo correctamente los criterios.

 

4 comentarios sobre “CAPTURING THE FRIEDMANS

    1. Hola Erik. A mi parecer no hay suficiente evidencia física, por lo que la condena no me pareció justa. Creo que se debió haber investigado a fondo lo que realmente sucedió y no sólo tomar los testimonios de los niños ya que pudieron ser fácilmente manipulados.

      Me gusta

  1. Tu entrada me parece muy buena, también encontré algo frustrante el documental porque es difícil saber en que creer ya que se aborda de una manera muy neutral y es un caso que me parece se manejo de manera injusta pero también las acusasiones tenían algo de fundamento.

    Me gusta

Deja un comentario