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¿QUÉ VEMOS CUANDO VEMOS?

¿Qué vemos cuando vemos? es la pregunta central que plantea Denise Najmanovich en su conferencia sobre la percepción. En este conferencia de TEDx nos plantea varios ejemplos que nos permite entender la manera en la que cada persona tiene una percepción distinta de las cosas que depende de nuestra edad, nuestras experiencias, nuestra educación y del contexto en el que nos encontramos en dichas situaciones. Para nosotros es real lo que percibimos, pero otra persona puede tener otra realidad pues tiene una percepción diferente de las cosas. Y como menciona Najmanovich “nuestro conocimiento es como un encuentro con el mundo” . Gracias a que todos tenemos una diferente percepción de las cosas o de ciertas situaciones existe una gran diversidad en el mundo y podemos abrir nuestra mente para poder ver la vida desde diferentes puntos de vista.

Percibir también tiene mucho que ver con la historia y lo que esperamos ver. Denise Najmanovich menciona que el conocimiento no es un reflejo de la realidad, y justifica su argumento con lo siguiente: lo que nos muestra es “apenas un foco estrecho del mundo”, es decir que, asumir que el conocimiento es una verdad absoluta sería ignorar los filtros por los que pasa; lo que percibimos no es un reflejo del mundo, es un reflejo de nosotros mismos y de lo que nos rodea. Al buscar catalogarlo como objetivo o subjetivo, etiqueta al conocimiento como un único acceso a la realidad, limita las fronteras de la percepción, no permite los diferentes puntos de vista, la diversidad y la apertura.

Tal vez por eso es que siempre (o en la mayoría de las ocasiones) 2 ideas distintas chocan, cada quien se afirma que su idea es la correcta o la mejor por el contexto en el que surgió esa misma idea en cada persona, por su aprendizaje, a través de la cual han vivido diferentes situaciones. Es por eso que puede llegar a ser complicado intervenir en la mente de una persona tratando de cambiar lo que la vida y la experiencia le dictan que es lo correcto.

Pablo Fernández Christlieb, profesor del departamento de psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), habla acerca de la Psicología colectiva de las cosas y otros objetos. Fernández dice que as percepciones y sensaciones son solo construcciones históricas y culturales ya que estamos rodeados de personas que nos han inculcado las creencias heredadas por varias generaciones y por lo tanto esa es la percepción que vemos sin crear nuestra propia versión.

1) La percepción y la sensación son construcciones históricas y culturales.
2) Existe una correspondencia entre la manufacturación humana de objetos físicos y conceptuales por una parte, y la aparición de los distintos sentidos de la percepción por la otra.
3) Dentro de la cultura se da otro modo de aprehensión o experienciación de la realidad que no es perceptual ni sensitivo.

Fernández Chistlieb propone que la Frénesis (Phrenesis), es un todo de facultades afectivas, que producen fascinación, susto, espasmos y extrañeza, que era la forma más común de estar en el mundo al inicio de la Era Medieval, un mundo en el cual no había muchos objetos: por ejemplo, había un solo color, el rojo. Objeto es lo que se opone, es decir, se pone frente a nosotros como ajeno, separado. En el universo de la frénesis las cosas eran alcanzadas, pensadas, percibidas, sentidas en una totalidad de pensamiento y emoción.

Las cosas de la alta edad media eran subjetivas: los muebles, las herramientas, las plantas y animales podían hacer lo mismo que las personas, y las personas, podían conducirse como las cosas, por eso se podía conversar con los animales, convertirse en animal, o leer el destino humano en la palma de la mano, dictado desde el mismo cielo. Todo era mágico, todo era posible, pues todo era sagrado y extraordinario.

La Edad Media era una época en la que existían muy pocos objetos, la gente se asombraba al verlos, sentirlos, percibirlos, era algo nuevo para ellos, en la época actual nada nos sorprende por la grande cantidad de objetos con los que nos relacionamos diariamente, hemos dejado de percibirlos y sentirlos.

Como dice Fernández: ” Las cosas que antes eran una sola (pájaros) pasarían a ser muchas cosas (patos, colibríes, garzas, pinzones, etc.)…» 

Algo tan cotidiano como un bolígrafo que es utilzado por millones de personas a diario tiene un curioso origen. Alrededor de 1938, un periodista húngaro: László József Bíró, cansado de los problemas que entrañaba escribir a pluma, comenzó a pensar en alternativas o mejoras para este milenario instrumento de escritura.

Mientras observaba a unos niños jugando con canicas sobre un suelo con charcos, se percató que las bolas, al atravesar y sobrepasar un charco de agua, dibujaban tras de sí una línea húmeda sobre la superficie seca de la calle y con esa imagen le llegó la idea. Tan pronto como pudo comenzó a desarrollar el nuevo artefacto de escritura con una pequeña esfera en la punta que dosificaba la tinta y ese mismo año patentó el invento (1938).

Pero también hay objetos que antes se utilizaban y ahora son obsoletos o pocas personas los utilizan. Las cartas es un ejemplo de ello.

Mi abuela (56 años) me cuenta que antes se utilizaban las cartas casi a diario para la comunicación entre familia o amigos. Aunque a veces era muy lento el movimiento de cartas, era la única manera de comunicarse si la distancia era un problema y si olvidabas algo tenías que esperar un buen tiempo para recibir una respuesta y después incluirlo en una carta nueva.